Política
La caja de resonancia de la sociedad misionera
La ponderación de la voz del pueblo en el Proyecto Misionerista garantiza la defensa de los intereses y necesidades de todos los misioneros sin distinción. Finalizado el período de sesiones ordinarias, la alta productividad y calidad legislativa del Parlamento Misionero demuestra el nivel de correspondencia con las necesidades de la sociedad.
(*) Por Nicolás Marchiori
La responsividad en términos políticos hace referencia a la capacidad de responder de un gobierno. A decir de dos grandes referentes de la ciencia política, Hannah Pitkin y Robert Dahl, este concepto se vincula a la capacidad de un gobierno para atender a sus ciudadanos, lisa y llanamente.
Dicho esto, la responsividad se presenta cuando un gobierno es capaz de captar demandas de sus ciudadanos -entendidos tanto como mayorías como grupos minoritarios- y se ofrecen respuestas que abonen a la atención concreta de esas demandas de manera favorable en el menor plazo posible. Cabe destacar, que no se puede restringir el entender a los ciudadanos como mayorías y las demandas a atender no sólo emanan de los procesos electorales. Para estas perspectivas, un gobierno debe poner igual atención a las demandas específicas que surgen de grupos no mayoritarios.
Asimismo, se destaca otro conjunto de estudios que ha tomado la concepción de responsividad como parte de una serie de elementos para explicar un concepto más amplio: el de la calidad de la democracia. Desde esta perspectiva, dice la politóloga mexicana Gabriela Cantú Ramos, la responsividad representa la dimensión de “resultado” al momento de evaluar la calidad de un gobierno democrático: así, si es responsivo entonces estará bien evaluado en la dimensión de resultado en términos de calidad democrática.
En la actualidad, vemos que el conflicto permanente aparece como una característica fácilmente identificable en el escenario de crisis que atraviesa el país. Cuando hablamos de la relación entre conflicto y política es menester recurrir inexorablemente a los pensadores de la corriente deliberativa.
El modelo deliberativo ilustrado desarrollado, entre otros, por el alemán Jürgen Habermas considera que los conflictos políticos -entendidos como toda situación en la que dos o más grupos sociales se enfrentan- pueden resolverse a través de un diálogo argumentativo dirigido a hallar la solución correcta basada en razones. El supuesto fundamental de esta posición es que la mejor forma de resolver los conflictos políticos es a través de un procedimiento deliberativo que, por atenerse a ciertas exigencias formales, se hace acreedor de lo que se denomina “presunción de racionalidad”. Habermas sostiene que existe un núcleo de valores y principios políticos que parecen sustraerse a la discusión, y también la noción de que no podemos determinar racionalmente cuál es la mejor concepción del bien. Por eso se opta por una noción procedimental del razonamiento práctico que se postula equidistante de los diferentes intereses y creencias enfrentadas.
No obstante, la “racionalidad procedimental” se ejercita de modos diversos, según los temas tratados. En la literatura especializada es usual distinguir dos «estilos» deliberación, a los que corresponden otras tantas formas de solución de conflictos: los conflictos sobre valores (morales o éticos) suelen abordarse (al menos prima facie) mediante argumentaciones orientadas al logro de un consenso entre las partes, mientras que los conflictos de intereses se dirimen de ordinario en negociaciones que conducen a la formación de compromisos entre las partes.
Habermas analiza estos dos estilos de debate con algunos argumentos de Elster. Ambos autores identifican tres diferencias entre esos dos estilos de deliberación: 1) la capacidad de neutralización del poder social, 2) el tipo de argumentos que se aducen, y 3) la circunstancia de que los participantes compartan o no las razones que en cada caso conducen a la aceptación del acuerdo. Así, a diferencia de las argumentaciones, en las que se apela a la «coacción sin coacciones del mejor argumento» -en términos de Habermas-, en las negociaciones las relaciones de poder entre los participantes no quedan neutralizadas, sino que se hacen explícitas.
Estas diferencias de «estilo» deliberativo son formales, independientes de los contenidos debatidos en cada caso. Por ejemplo, en una deliberación en torno a valores, sólo cuando resulta imposible convencer al contrario, el «estilo» deliberativo puede desplazarse hacia la negociación. De igual forma, las deliberaciones sobre distribución de beneficios, bienes escasos o cuotas de poder adoptan paradigmáticamente el modo de negociaciones, pero en ciertas circunstancias pueden adoptar la forma de argumentaciones sobre valores.
Un Parlamento a la altura de las demandas del Pueblo
El jueves pasado se llevó a cabo la última sesión ordinaria en la Cámara de Representantes de la Provincia, marcando así la finalización de un año legislativo que demuestra una vez una hiperactividad parlamentaria que se traduce en leyes de altísima calidad y que constituyen los cimientos de un modelo de provincia ejemplar, admirado por el resto del país. A lo largo de 2023, la Legislatura misionera sancionó cerca de un centenar de leyes, lo que constituye un récord no sólo en cantidad sino también en calidad. Casi la mitad de las leyes aprobadas refieren a la salud, la educación y el cuidado del medioambiente, lo que permite comprender cuales son los pilares fundamentales de la provincia.
Se puede afirmar con total certeza que el Parlamento misionero ostenta una producción legislativa de avanzada, donde se destaca la calidad técnica y la modernidad de sus leyes.
La agenda legislativa busca cumplir permanentemente con los designios del Pueblo Misionero, la mirada integral e integradora de toda la sociedad es una marca registrada de la Casa de las Leyes en donde ningún misionero es olvidado. Incluir a todos en este proceso de transformación es el norte y la razón de ser. Por ello, la Cámara de Representantes, en gran medida por los aportes desde una visión estratégica con profundo enfoque prospectivo y el liderazgo nítido su presidente Carlos Rovira se ha transformado en una verdadera caja de resonancia de la sociedad misionera, capaz de captar las necesidades de una ciudadanía que en estos tiempos demanda una clase dirigente que le resuelva los problemas, le mejore la calidad de vida y les devuelva la esperanza de vivir un futuro mejor.
Mientras en Buenos Aires y otras provincias aún persisten las discusiones estériles y las peleas intestinas que sólo le interesan a una clase política enceguecida por el poder y que dejan de lado la atención de las prioridades de la gente de pie, Misiones ostenta un Poder Legislativo que aporta soluciones reales y concretas para la ciudadanía y dota de importantes herramientas para la gestión del Gobierno, fijando políticas de Estado sólidas y perdurables en el tiempo.
Concluido un nuevo período de sesiones ordinarias, los diputados misioneristas han cumplido con el acto más importante que le compete al Poder Legislativo dentro del sistema republicano y democrático que es el de garantizar la gobernabilidad al Poder Ejecutivo. Hugo Passalacqua, que culminó su tarea como legislador el pasado jueves, comenzará un nuevo período como gobernador de Misiones con el Presupuesto 2024 aprobado por el Parlamento Misionero, la herramienta más importante para la gestión que aporta previsibilidad y tranquilidad. Es ese el más claro ejemplo de la garantía de gobernabilidad emanada desde la Cámara de Representantes.
La transformación legislativa
Si hacemos un repaso de la historia legislativa reciente, podemos recordar que en épocas pasados el edificio que alberga al Poder Legislativo era antiguo y se encontraba en estado ruinoso. En aquellos tiempos, las bancadas opositoras no sólo se expresaban distinto, sino que también se ausentaban del recinto. No se sabía a qué hora arrancaban las sesiones y mucho menos a qué hora terminaban. Era una lucha de todos contra todos, luchas internas, luchas externas y una muy pobre gestión parlamentaria.
En los últimos tiempos, se puede observar nítidamente el proceso de transformación del Poder Legislativo. Un trabajo que se tradujo en la realización de tareas en todos los órdenes, en lo material, pero lo más fundamental en lo central: que era reorientar este vital poder a las necesidades de la gente. La Cámara de Representantes ha tratado asuntos directamente vinculados a la órbita de interés de todos los grupos sociales de la provincia, desde el medio ambiente, la educación, la salud, la infraestructura, la tecnología, la juventud, la niñez, todas con una especificidad nunca vista.
Desde la llegada del Ing. Carlos Rovira a la presidencia de Legislatura se puso en marcha un plan para mejorar la calidad institucional en diferentes ejes: primero, la dotación de espacios de trabajo más acordes, considerando que el edificio parlamentario construido en 1954 presentaba una gran cantidad de problemas y riesgos.
En consecuencia, se impulsó la construcción a nuevo del Edificio Histórico, conservando su fachada; el recinto de sesiones, una obra arquitectónica que recibió diversos premios a partir de su remodelación; se agregó una nueva planta; y también se culminó con la construcción del edificio Anexo, en donde se encuentran las salas de reunión de las comisiones, los despachos de los diputados y los secretarios legislativos. A esto se le suma una inversión en tecnología y en materia de seguridad nunca antes vista, además de la adecuación de los espacios de trabajo.
En paralelo, se implementó la capacitación continua y gratuita para el personal a partir de convenios firmados con instituciones educativas de diferentes niveles.
También se llevó adelante un importante proceso de informatización de toda la gestión parlamentaria que permitió contar con todo el trámite en soporte digital, desde la entrada de los proyectos hasta la sanción de las leyes.
A finales del año 2011, por iniciativa del Ing. Rovira, se decide dar un paso más y el Poder Legislativo se aboca a certificar sus procesos e introducir la revisión del reglamento, la firma digital y el voto electrónico.
Asimismo, con la firme convicción de fortalecer el vínculo con la ciudadanía, en 2010 se creó la Secretaría Legislativa del Centro del Conocimiento Parlamentario que instituyó el Embajador Legislativo, un camión semirremolque que se encuentra acondicionado para desplazarse por toda la provincia y dar a conocer la actividad, funciones e importancia de este Poder del Estado. También se restableció el Parlamento Estudiantil y se creó el Parlamento de la Mujer, dos ámbitos de trabajo que han permitido nutrir de importantes proyectos a la Cámara de Representantes.
2013 fue un año trascendental para la Legislatura misionera, atento a que recibió por primera vez la certificación de la Norma ISO 9001:2008, que avala la gestión de calidad de los procesos que desarrolla la organización, otorgado por el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM). De esta forma, se transformó en la primera legislatura del país en contar con esta garantía de estandarización que asegura procedimientos de alta calidad y rapidez.
Esta certificación tiene una duración de tres años; y cada 12 meses se realizan auditorías externas de control con representantes del IRAM, junto con supervisiones internas anuales.
En el año 2016, en un nuevo paso hacia la excelencia, obtuvo un nuevo certificado, esta
vez más abarcativo que el conseguido en 2013, porque hace mención de todas las actividades de las Secretarías Legislativas.
Delegados del poder central
El país todavía se encuentra en un período electoral y en virtud de ello no podemos soslayar el papel de la oposición. Los sondeos de opinión pública hoy indican que habrá ballotage entre Javier Milei y Sergio Massa para definir quién será el próximo Presidente de la Nación. De esta forma, la candidata de la alianza de Juntos por el Cambio vería truncas sus aspiraciones de llegar a la primera magistratura. La oposición no logra salir del laberinto discursivo en el que quedó atrapado luego de la votación en contra de la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Es que la fuerza política que lleva a Bullrich como candidata a presidente ha venido sosteniendo a lo largo de los últimos años un discurso totalmente opuesto a lo que votaron sus legisladores: defendían la quita de impuestos y denunciaban una fuerte presión fiscal por parte del Estado. Los diputados cambiemitas manifestaron como excusa que la medida, que finalmente fue transformada en ley y que beneficia a más de un millón de argentinos, impulsada por el ministro de Economía Sergio Massa perseguía fines electoralistas. Fue así que el bloque de JxC cumplió con la orden de su candidata Patricia Bullrich de votar en contra del alivio fiscal para un gran número de familias argentinas. Los diputados misioneros de Juntos por el Cambio Arjol, Schiavoni y Klipauka Lewtak respetaron al pie de la letra el mandato partidario impartido desde el país central y se sumaron a la lista de los que votaron en contra del beneficio para los trabajadores. No fue la primera vez que estos tres diputados del espacio de Bullrich votan en contra de los intereses de la gente: ya lo hicieron anteriormente cuando votaron en contra del Presupuesto 2022, que contemplaba más de 96 mil millones de pesos para obras de infraestructura para Misiones, y de la zona aduanera especial para la provincia.
A nivel local, la dinámica se repite de manera idéntica. Los diputados provinciales de la alianza de Juntos por el Cambio cumplieron con su rol de delegados del poder central y votaron en contra del Presupuesto 2024. Una herramienta fundamental para dar garantías de gobernabilidad y previsibilidad al Poder Ejecutivo, tan importante en tiempos de incertidumbre por la crisis a nivel nacional.
Los diputados radicales, del PRO y del espacio puertista denominado Activar se opusieron a la sanción de un Presupuesto con fuerte contenido social, que tiene previsto destinar el 70% de las inversiones a la salud, la educación y el desarrollo social para un millón trescientos mil misioneros.
Los representantes de la alianza opositora confirman con su forma de obrar que las directivas impartidas desde el país central están por encima de los intereses de los ciudadanos de a pie que esperan día a día que la clase dirigente atienda sus problemas y deje de privilegiar una agenda que sólo le interesa a los políticos que viven una realidad paralela totalmente disociada de la ciudadanía. Son estos los hechos generadores del hartazgo, la bronca y el rechazo de una ciudadanía que está dejando a su candidata afuera de la pelea por llegar a la Presidencia de la Nación.
(*)Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral.