Economía
El mercado recibió bien el DNU de Milei pero manda la cautela y hay dudas por la sostenibilidad
Sin euforia pero con buenos ojos, el mercado recibió bien el espíritu reformista del decreto de necesidad y urgencia que salió publicado hoy en el Boletín Oficial y hoy es el centro de toda la atención política. Como en una especie de divorcio respecto de las enormes repercusiones, la tensión y expresiones de rechazo, las variables financieras no se inmutaron. Por el contrario, los bonos y la mayoría de las acciones anotaron mejoras en su cotización mientras que la brecha cambiaria se mantuvo en los niveles mínimos de los últimos días.
Los títulos soberanos avanzaron 2,5% en promedio en dólares mientras que en pesos la suba fue de 5% mientras que el dólar libre se mantuvo en $990. Sólo los dólares financieros sufrieron algo más de presión alcista, pero se mantuvieron entre los $950 y $975.
Es que ninguna de las normas derogadas, modificadas o establecidas tiene un impacto directo en el mercado financiero, hoy mucho más atento a la gestión del exceso de pesos en la economía y la falta de dólares en el Banco Central. Sin embargo, el derrotero del controvertido decreto será central, más temprano que tarde, por sus implicancias políticas y el eventual nivel de gobernabilidad de la actual administración. De ahí que aun cuando la mayor parte del contenido sea valorado en términos positivos, las dudas más obvias surgen por la sostenibilidad del mismo. No sólo por un eventual revés en el Congreso sino también, aún si superara ese filtro, por la permanente amenaza de eventuales pero casi seguros planteos judiciales.
Es que de amplios sectores políticos surgieron expresiones de contundente rechazo. En algunos casos, respecto de la “forma” -un decreto en vez de un o varios proyectos de ley- mientras que otros como, previsiblemente, los sindicatos, apuntaron directamente a las medidas anunciadas.
“A primera vista, no observamos implicancias directas para el mercado que permitan un impacto rápido en precios. Sin embargo, vemos que el decreto presidencial muestra un espíritu favorable al mercado, al reducir regulaciones y eliminar muchas restricciones que han estado obstaculizando el crecimiento de Argentina”, opinaron desde el grupo financiero AdCap, fundado por Javier Timerman, donde destacaron que la principal preocupación radica el instrumento elegido y la relación que plantea el presidente Javier Milei con las instituciones. “¿Hacia dónde se dirigirán los precios si ambas Cámaras lo rechazaran y su autoridad quedara de alguna manera cuestionada? No vemos que eso ocurra a corto plazo. La primera interpretación debería ser positiva. Sin embargo, dado que hay muchos sectores que presentarán quejas ante la justicia, la pregunta sobre la sostenibilidad permanece latente”, aseguró.
Sin duda, en ese mismo nivel de conflictividad es donde algunos analistas del mercado advierten el “primer logro” del decreto: de un plumazo, el extenso texto con minuciosos detalles a la hora de derogar y modificar artículos pero con consignas fuertes como la eliminación de restricciones, las privatizaciones y la desburocratización cambiaron radicalmente el eje de discusión política y económica. “El decreto parece un punto de partida más que de llegada. Está claro que a partir de ahora arranca un proceso, que dirige la discusión hacia un lado, contrario al anterior. De tener el Congreso prácticamente cerrado, ahora se encendió está discusión, que es de liberar y desregular”, opinó el socio director de Delphos, Leo Chialva. Desde la perspectiva del mercado, ese corrimiento del debate es un aspecto profundamente positivo.
“Lo más controvertido no es el enfoque, e incluso las medidas específicas implementadas, sino la forma o instrumento utilizado. Entendemos que esto último generará nuevos capítulos legislativos y judiciales. Pero, mientras tanto, el DNU está vigente”, aportaron desde la consultora financiera Outlier.