Tapebicuá, símbolo de la crisis forestoindustrial: la empresa no opera desde agosto y debe $11.500 millones

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La forestadora correntina Tapebicuá, acumula una deuda de $11.500 millones y mantiene sus plantas paralizadas. El caso refleja el impacto de las políticas económicas nacionales sobre la industria y el empleo en las economías regionales.

La crisis que atraviesan las economías regionales sumaron un nuevo capítulo en Corrientes. Forestadora Tapebicuá, una de las principales empresas forestoindustriales del país, se presentó en concurso preventivo de acreedores. La firma debe $11.500 millones, está sin operar desde agosto y busca un inversor para sostener su continuidad, en un contexto nacional adverso para la producción.

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La empresa, vinculada al grupo Celulosa Argentina, radicó la presentación ante el Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 14 de la Ciudad de Buenos Aires. El proceso se encuadra en la Ley de Concursos y Quiebras y apunta a reordenar pasivos para evitar la quiebra.

Tapebicuá mantiene paralizadas sus operaciones desde el 10 de agosto. Hoy sostiene su estructura mínima mientras avanza el trámite judicial. La compañía emplea a 395 trabajadores y ya venía operando por debajo de su capacidad antes del freno total. Su producción se ubicaba entre el 60 y el 70 % por la falta de ventas.

Desde la empresa señalaron que la situación responde a un escenario macroeconómico que golpea a la forestoindustria y a otras actividades del interior. La caída del sector de la construcción redujo la demanda. Los altos costos en dólares y la apertura de importaciones afectaron la competitividad. La falta de financiamiento agravó el cuadro.

Ese conjunto de medidas generó una fuerte crisis de capital de trabajo. La consecuencia fue la paralización de la actividad industrial, con impacto directo en el empleo y en las economías locales que dependen del sector forestal.

El caso de Tapebicuá funciona como ejemplo de un problema estructural. La forestoindustria, estratégica para provincias como Corrientes y Misiones, enfrenta un escenario de costos crecientes, consumo deprimido y escaso margen para competir. La situación se replica en otras economías regionales del país.

En ese contexto, la empresa confirmó que busca un inversor estratégico. El objetivo es retomar la producción en un plazo estimado de 90 días. Según indicaron, ya existen conversaciones en marcha, aunque el resultado dependerá del marco económico general y de la previsibilidad futura.

Desde la firma también destacaron el acompañamiento del Gobierno de Corrientes. Sin embargo, remarcaron que la crisis excede el plano provincial y está vinculada a decisiones de política económica nacional que impactan de lleno en la industria del interior.

Forestadora Tapebicuá desarrolla actividades forestales en Corrientes y cuenta con dos aserraderos y una planta de compensados. Su esquema integra forestación, industrialización y comercialización de productos con valor agregado.

La situación se agrava por la crisis de su controlante, Celulosa Argentina, que también atraviesa un concurso preventivo. El deterioro financiero del grupo, con fuertes pérdidas y caída de ingresos, impactó en todas sus unidades productivas.

En un país donde las economías regionales reclaman condiciones para producir y competir, Tapebicuá expone los límites del actual modelo económico. El concurso abre una instancia decisiva para la empresa, pero también deja una señal de alerta sobre el futuro de la forestoindustria y el empleo en el interior argentino.

 

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