Fallece el Papa Francisco a los 88 años: el pontífice que transformó la Iglesia y tendió puentes de compasión
El Papa Francisco, reformador y defensor de los pobres, falleció a los 88 años tras dedicar su vida al servicio de la Iglesia.
El mundo católico se encuentra de luto tras la confirmación del fallecimiento del Papa Francisco, quien dedicó su vida a construir una Iglesia más cercana, humilde y comprometida con los desfavorecidos. La noticia fue anunciada oficialmente por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, quien destacó su entrega y valentía como líder espiritual.
El pontífice argentino, conocido por su estilo sencillo y su apertura hacia temas sociales, partió tras casi doce años de papado marcados por profundas reformas y gestos históricos de reconciliación. Su última aparición pública se produjo tan solo un día antes, cuando, con visible debilidad, ofreció la tradicional bendición pascual desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Un papa que rompió moldes y acercó la Iglesia al mundo
Francisco fue el primer latinoamericano y primer jesuita en ocupar el trono de San Pedro. Desde el inicio de su pontificado, marcó una ruta diferente, enfocada en modernizar las estructuras eclesiásticas, denunciar las injusticias globales y tender puentes entre culturas y religiones.
Su papado estuvo cargado de acciones firmes: reformó el sistema financiero vaticano, impulsó la tolerancia hacia las minorías y luchó contra el abuso dentro de la Iglesia. También desafió posturas tradicionales al pedir mayor inclusión de mujeres y mostrar apertura pastoral hacia las parejas del mismo sexo, decisiones que enfrentaron la oposición de sectores conservadores.
El Vaticano inicia el cónclave tras la partida de Francisco
Con su muerte comienza el proceso de elección de un nuevo pontífice, siguiendo un protocolo que combina siglos de tradición con prácticas del mundo moderno. Durante nueve días, los fieles rendirán homenaje al Papa en la Basílica de San Pedro antes de que los cardenales menores de 80 años se reúnan para celebrar el cónclave y elegir a su sucesor.
Francisco dedicó sus últimos días a su misión pastoral, mostrando hasta el final su firme voluntad de servir a la Iglesia sin reservas. Su legado permanecerá como símbolo de transformación y humanidad.
