Policiales
“Nos reconciliamos y pedimos perdón anoche… y hoy ya no está”
Una charla entre padre e hijo, un perdón sincero y una despedida que llegó sin avisar, marcaron esta emotiva historia.

Leonardo Fagúndez tenía solo 24 años y una vida entera por delante. Hacía apenas un mes había empezado a trabajar en la empresa forestal San Francisco, alentado por su papá, Héctor, que quería verlo encaminado y con un futuro seguro. La noche antes del accidente, padre e hijo compartieron una charla profunda, de esas que no se olvidan. Entre lágrimas, hablaron de errores, de distancias, y se pidieron perdón de corazón. “Nos habíamos distanciado, pero esa noche lo perdoné, y él me perdonó también. Lloramos los dos. Fue una noche muy especial”, contó Héctor, conmovido.
Horas después, mientras viajaba con compañeros hacia su trabajo, el colectivo donde iba Leonardo volcó sobre la Ruta Nacional 14, en San José. Según se supo, una falla en una de las ruedas habría provocado el siniestro, que dejó siete personas fallecidas y varios heridos. La noticia llegó de forma abrupta, como un golpe seco en medio del día. La mamá de Leonardo barría el patio cuando sonó el teléfono. Héctor recuerda el momento con un nudo en la garganta: “Apenas dijeron que hubo un accidente, supe que era él. Lo sentí”.
A pesar de la tristeza inmensa, Héctor busca sostenerse por su familia. Tiene otro hijo de 10 años, y sabe que debe estar fuerte. “Esto me duele en el alma, pero tengo que seguir por mi otro nene… Aunque nada va a ser igual sin Leonardo”, confiesa con voz baja. En medio del duelo, la familia se aferra a ese último gesto de amor, a esas palabras que cerraron heridas justo a tiempo. Porque a veces, el perdón llega como un regalo inesperado… y queda para siempre.