En el segundo día del juicio al diputado puertista Germán Kiczka, acusado de posesión y distribución de material de abuso sexual infantil, el dirigente aseguró que enfrenta una «persecución política» orquestada por el gobierno provincial. Según sus declaraciones, la intención sería debilitar a su partido, tildado de «única fuerza opositora real». Sin embargo, estas afirmaciones no tardaron en recibir críticas desde diversos sectores, especialmente de figuras mediáticas como Eduardo Pérez.
El conductor radial fue tajante al analizar el caso durante su programa «La Cosa No Está Fácil», emitido por Mandioca. Para Pérez, calificar a Kiczka de «víctima política» es una estrategia inaceptable ante la gravedad de los cargos. «¿Qué van a perseguir a un cuatro de copa?», cuestionó, destacando que las investigaciones revelaron 913 archivos clasificados como material de abuso sexual infantil en poder del acusado. Además, aclaró un punto técnico clave: «Esto no es pornografía porque requiere consentimiento. Los menores no pueden prestarlo. Es abuso puro y simple.»
Un Llamado a la Reflexión Ciudadana
El debate trasciende lo judicial y plantea preguntas esenciales sobre la clase de liderazgo político que la sociedad está dispuesta a tolerar. En ese sentido, Pérez lanzó una advertencia contundente: «Si permitimos que estos tipos sigan llorando en vez de estar tras las rejas, estamos jodidos.» Para él, casos como el de Kiczka deben servir para delimitar qué tipo de representantes se aceptará en el futuro: «¿Vamos a seguir bancándonos a los que tienen plata y poder para hacer lo que quieren? ¿O vamos a exigir ética y transparencia?»
Mientras tanto, el juicio sigue su curso y genera fuertes divisiones en la provincia. La discusión expone la tensión entre la presunción de inocencia y la necesidad de establecer límites claros frente a conductas que vulneran derechos fundamentales.