El uso de teléfonos celulares en las cárceles de Misiones sigue siendo un tema de debate y regulación. Inicialmente permitido durante la pandemia para facilitar el contacto entre internos y familiares, la práctica se mantuvo bajo estrictos controles. Según Constanza Yudar, titular de la Comisión Provincial de Buenas Prácticas en Contexto de Encierro, los celulares solo pueden ser utilizados en horarios específicos, generalmente durante las visitas, y bajo supervisión de las autoridades.
Yudar destacó que cada unidad penitenciaria establece sus propias normas, y en el caso de las cárceles de mujeres, se considera esencial un uso racional, especialmente porque muchas internas son madres y necesitan comunicarse con sus hijos. Sin embargo, recordó que los dispositivos están prohibidos dentro de las celdas y se realizan requisas para evitar su uso indebido.
Educación y reinserción social, un desafío pendiente
Más allá de la regulación de los celulares, Yudar enfatizó la importancia de la educación en los contextos de encierro. En la Unidad Penal 4 de menores, la mayoría de los internos no ha completado sus estudios primarios o secundarios, lo que limita sus oportunidades de reinserción social. La Comisión Provincial trabaja en conjunto con el Servicio Penitenciario para reforzar los programas educativos y garantizar mejores oportunidades una vez finalizadas sus condenas.
A pesar de los desafíos, las autoridades aseguran que en las cárceles de Misiones no se han registrado casos de estafas telefónicas, una problemática recurrente en otros establecimientos del país. El control sobre el uso de la tecnología en los penales misioneros busca equilibrar el derecho a la comunicación con la seguridad y el orden dentro de las instituciones penitenciarias.